El equilibrio y la fuerza muscular se ven influidos por numerosos factores, aunque la edad es sin duda uno de los más determinantes. Por esta razón, un equipo de investigadores de la Clínica Mayo ha querido analizar si alguno de estos factores puede revelar la edad real de nuestro cuerpo, independientemente de los años que tengamos.
Este estudio se realizó en personas mayores de 50 años, ya que a partir de esta edad suelen intensificarse los cambios relacionados con el equilibrio y la fuerza muscular. Todos los participantes se sometieron a diversas pruebas que evaluaban la fuerza de sus extremidades y su equilibrio. La mayoría de estos ejercicios resultaron no ser efectivos para calcular la edad del cuerpo, ya que las diferencias entre géneros eran significativas y no parecían correlacionarse con el proceso de envejecimiento.
Sin embargo, un ejercicio en particular demostró ser muy útil para estimar la edad del cuerpo. Se trata de un ejercicio tan simple como mantener el equilibrio sobre una sola pierna, primero la dominante y luego la no dominante. Este método ofrece una relación numérica valiosa que permite a las personas mayores evaluar si deben trabajar más su equilibrio. Y, ¿por qué no? También puede ser útil para los más jóvenes.
Fuerza y equilibrio: dos aspectos clave
Para llevar a cabo este estudio se contó con la participación de 40 personas mayores de 50 años. A cada una se le evaluó la fuerza de agarre en las extremidades superiores y la fuerza de las rodillas en las extremidades inferiores. A continuación, se analizó el equilibrio con dos métodos. Por un lado, caminando con ambos pies en el suelo, primero con los ojos abiertos y luego cerrados. Por otro, manteniendo el equilibrio sobre una sola pierna: primero la dominante y después la no dominante.
Los resultados mostraron que la marcha no se veía especialmente afectada por la edad. La fuerza, en cambio, se veía algo más comprometida, aunque existían grandes diferencias entre hombres y mujeres, lo que impedía establecer una correlación clara. Sin embargo, al evaluar el equilibrio sobre una pierna, sí se podía hacer un cálculo preciso de la edad física de la persona. Es decir, permitía observar los efectos del envejecimiento en su sistema muscular.
Se observó, en concreto, que la capacidad de mantener el equilibrio sobre una pierna disminuía a un ritmo de 2,2 segundos por década en la pierna no dominante y 1,7 segundos por década en la dominante. Así, si alguien mostraba una disminución mayor de lo esperado para su edad, se podría interpretar como un envejecimiento acelerado de su sistema muscular.
¿Cuál es el significado de todo esto?
Con el paso de los años, experimentamos lo que se conoce como sarcopenia, un proceso de deterioro muscular que afecta tanto a la fuerza como al equilibrio. Aunque puede presentarse a cualquier edad, su impacto es mucho mayor en personas mayores.
La pérdida de equilibrio en ejercicios de una sola pierna es una señal clara del avance de la sarcopenia. Por ello, este tipo de pruebas resultan fundamentales para definir las necesidades individuales de ejercicio de cada persona.
Además, el ejercicio no es solo cosa de jóvenes. Incluso si nunca se ha practicado antes, aporta grandes beneficios a las personas mayores. Esa edad física no es definitiva; se puede frenar el avance de la sarcopenia y mejorar el equilibrio.
Es cierto que el estudio contó con una muestra de personas reducida, pero parece suficiente para sugerir que mantener el equilibrio sobre una pierna es un buen indicador del envejecimiento muscular. Y no solo en personas mayores. Pruébalo tú también. ¿Cuántos segundos consigues aguantar?