La forma más eficaz de obtener las vitaminas necesarias para nuestro organismo es a través de una dieta equilibrada. Sin embargo, muchos seguimos obsesionados con consumir suplementos adicionales. No solo eso, buscamos maneras de hacerlo que sean prácticas e incluso entretenidas. Un ejemplo claro son las gominolas enriquecidas. Pero una nueva tendencia podría estar superándolas: los parches vitamínicos.
Estos parches están diseñados para introducir vitaminas en el cuerpo a través de la piel, similar al funcionamiento de los parches anticonceptivos o de nicotina. Su propósito es asegurar un suministro continuo de vitaminas sin la necesidad de recordar tomarlas cada día. Pero, ¿realmente son efectivos los parches vitamínicos?
Según expertos entrevistados por National Geographic, la respuesta parece estar lejos de cumplir las expectativas. Existen diversas razones por las que deberíamos considerar evitar su uso. La primera, común a todos los suplementos, es que probablemente ni siquiera los necesitemos. Pero también hay razones más específicas que afectan únicamente a los parches vitamínicos.
¿Quiénes deberían considerar el uso de parches vitamínicos?
Para la mayoría de las personas, si su alimentación es adecuada, el organismo ya recibe suficientes vitaminas. Por eso, consumir suplementos puede ser innecesario, incluso contraproducente, por dos razones. La primera es que estaríamos gastando dinero en algo superfluo. La segunda es que podría ser perjudicial. Las vitaminas se dividen en hidrosolubles y liposolubles. Las hidrosolubles, como la vitamina C, se eliminan fácilmente en la orina si se consumen en exceso, haciendo que literalmente tiremos dinero.
Por otra parte, las vitaminas liposolubles, como la D, se almacenan en la grasa corporal y, en exceso, pueden llevar a una acumulación peligrosa llamada hipervitaminosis. Es una afección que puede comprometer la salud, por lo que se debe tener precaución.
Así, el uso de suplementos, incluidos los parches vitamínicos, debe reservarse para casos específicos, generalmente cuando un profesional de la salud los indique.
Normalmente, estos suplementos están recomendados para personas que han pasado por cirugías de pérdida de peso, como la cirugía bariátrica. Después de estos procedimientos, los pacientes pueden tener dificultades para absorber las vitaminas. Por eso, se les receta un suplemento. Si no tienen problemas para ingerir pastillas, estas son la opción preferible. No obstante, si presentan dificultades, los parches vitamínicos podrían resultar útiles. Aunque esto sería cierto solo si existiera certeza de su efectividad.
Sin pruebas claras de su eficacia
La idea detrás de los parches vitamínicos es que sus ingredientes atraviesen la piel y lleguen al torrente sanguíneo, desde donde pueden ejercer su acción.
Sin embargo, esto no es tan simple. La piel está diseñada con barreras protectoras que evitan la entrada de sustancias externas, y esas barreras, formadas principalmente por lípidos, dificultan el paso de las vitaminas hidrosolubles como la vitamina C. Aunque las vitaminas liposolubles podrían atravesarlas con más facilidad, no existe evidencia sólida que demuestre su efectividad.
Son escasos los estudios sobre la eficacia de los parches vitamínicos, y la mayoría de ellos concluyen que no cumplen su propósito. La investigación suele hacerse con personas que han pasado por cirugía bariátrica. Tras administrarles estos parches, se analiza su nivel de vitaminas en sangre, y generalmente, no hay aumento alguno. En cambio, los suplementos en pastillas sí logran elevar esos niveles. Algunos de los pocos estudios que apoyan los parches vitamínicos no consideran la dieta de los participantes ni cuentan con grupos de control, lo cual resta validez a sus resultados.
¿Por qué otros parches, como los anticonceptivos, sí funcionan y los vitamínicos no?
A pesar de las dudas en torno a los parches vitamínicos, existen otros parches, como los anticonceptivos o los de nicotina, que cuentan con el respaldo de la comunidad científica.
Según los expertos entrevistados por National Geographic, la diferencia radica en que estos otros parches han sido sometidos a exhaustivos ensayos de eficacia. La mayoría son clasificados como fármacos, mientras que los parches vitamínicos solo se consideran suplementos.
Los fármacos requieren ensayos clínicos en los que se evalúan tanto la eficacia como la seguridad y posibles efectos adversos. Al saber que no todo el compuesto logrará atravesar la piel, se calcula meticulosamente la dosis que debe incluirse en el parche para que el organismo reciba la cantidad adecuada. Además, se analizan los efectos de otros componentes, como el adhesivo, que podría generar alergias.
En cambio, los suplementos no están sujetos a estos mismos controles. Pueden ser comercializados sin investigaciones exhaustivas previas.
En conclusión, si tu médico te ha recomendado parches vitamínicos por una razón específica, pueden ser una opción a considerar. Pero al igual que las gominolas, son probablemente una moda pasajera que afecta más a tu bolsillo que a tu salud, y no de manera positiva.