Las uñas reflejan diversos aspectos de nuestro estado general de salud, y las líneas que pueden aparecer en ellas, conocidas como uñas estriadas, no son la excepción. La forma, color y textura de las uñas pueden dar señales sobre la salud del organismo, ya que responden a factores internos como deficiencias nutricionales, desequilibrios hormonales o afecciones subyacentes.
Asimismo, agentes externos como la exposición a productos químicos o el uso constante de cosméticos también pueden alterar su aspecto. Detectar cambios en las uñas puede ser útil para identificar problemas de salud antes de que otros síntomas sean evidentes.
¿Por qué aparecen las rayas en las uñas?
Las rayas en las uñas son un fenómeno bastante común que puede deberse a múltiples causas, desde motivos sin importancia hasta señales de problemas de salud. Estas líneas, que pueden ser tanto verticales como horizontales, pueden ofrecer pistas sobre el estado general del organismo. La aparición de rayas verticales, que recorren la uña desde la cutícula hasta la punta, es frecuente con el paso de los años y está vinculada a la sequedad y renovación de la piel.
Este tipo de estrías suele surgir de manera gradual y se relaciona principalmente con factores que afectan la salud de la piel, como la deshidratación o condiciones como el eccema. Con el envejecimiento, la piel pierde elasticidad y humedad, lo que también se refleja en las uñas, que se vuelven más propensas a estos surcos.
Además de estos factores, las rayas en las uñas pueden ser consecuencia de carencias nutricionales, sobre todo de vitaminas como la A, B, o minerales esenciales como el hierro y el zinc, según expertos de la Cleveland Clinic. La anemia por deficiencia de hierro, por ejemplo, puede manifestarse con alteraciones en las uñas, como pequeñas hendiduras o rayas, acompañadas de otros síntomas, como cansancio y palidez. La falta de proteínas como la cisteína, un aminoácido esencial en la producción de queratina, también afecta la salud de las uñas, debilitándolas y haciendo que desarrollen surcos.
El estrés crónico es otro de los factores relacionados con la aparición de líneas en las uñas. Cuando el organismo experimenta un estrés prolongado, aumenta la demanda de nutrientes esenciales, lo cual puede afectar la estructura de las uñas. Las personas sometidas a estrés continuado suelen notar cambios en su salud, y sus uñas no son una excepción. La producción alterada de queratina puede hacer que las uñas se vuelvan frágiles y aparezcan rayas, tanto verticales como horizontales.
Además de los factores internos, el uso de productos de limpieza agresivos o sustancias químicas en cosméticos también puede dañar la superficie de las uñas, interfiriendo en su producción normal de queratina. El uso prolongado de manicuras o productos acrílicos también contribuye a la aparición de rayas, ya que tienden a secar y debilitar la estructura natural de la uña.
Los traumatismos repetidos son otra causa frecuente de líneas, especialmente las verticales. Golpear o presionar las uñas contra superficies duras puede dañar la matriz de la uña, responsable de su crecimiento. Este daño puede generar surcos o líneas visibles en la superficie. Aunque estos traumatismos suelen ser accidentales o leves, si se repiten frecuentemente, pueden afectar la salud de las uñas.
¿Qué problemas de salud pueden reflejar las uñas rayadas?
Las uñas pueden ofrecer valiosa información sobre la salud del organismo, y la aparición de rayas, tanto horizontales como verticales, puede ser un indicio temprano de varias afecciones. Uno de los signos más notables de problemas de salud son las llamadas líneas de Beau, que aparecen como surcos horizontales en las uñas. Estas marcas se producen por una interrupción temporal en el crecimiento de la uña, generalmente asociada a problemas de salud más amplios.
Las líneas de Beau pueden aparecer por varias razones que afectan al cuerpo de manera notable. Según Mayo Clinic, estos surcos pueden surgir tras infecciones graves, cuando el cuerpo destina su energía a combatir la enfermedad, descuidando el crecimiento normal de las uñas. La diabetes, una enfermedad crónica que compromete el control de los niveles de glucosa, también puede generar estas rayas horizontales. En personas con diabetes, los problemas circulatorios y la falta de oxigenación en las extremidades afectan el crecimiento de las uñas, causando estos surcos.
Asimismo, afecciones de la circulación, como la enfermedad vascular periférica, pueden reflejarse en las uñas a través de las líneas de Beau. Esta enfermedad implica una circulación deficiente en las extremidades, lo que reduce el flujo de oxígeno y nutrientes hacia las uñas, afectando su crecimiento. También, la falta de zinc, un mineral fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, puede causar estas rayas. El zinc es clave en la regeneración celular, incluida la de las uñas, por lo que su deficiencia puede alterar su estructura.
Las enfermedades que producen fiebre alta, como algunas infecciones graves, también pueden dejar marcas en las uñas. Durante un episodio de fiebre intensa, el crecimiento de las uñas puede detenerse temporalmente, formando estos surcos. De igual modo, algunos medicamentos, especialmente los empleados en la quimioterapia para tratar el cáncer, pueden afectar el crecimiento de las uñas, generando estas líneas horizontales.
Cómo evitar la aparición de rayas en las uñas
Para prevenir las rayas en las uñas, lo primero es consultar a un médico o dermatólogo. Un profesional puede evaluar si existe alguna causa médica y recomendar un tratamiento adecuado. En algunos casos, el especialista puede recetar medicación para controlar afecciones como el hipotiroidismo o indicar suplementos de vitaminas y minerales.
Una vez descartadas causas médicas, es posible aplicar medidas sencillas para mejorar la salud de las uñas. Mantenerlas hidratadas, al igual que las cutículas, es fundamental. El uso de cremas humectantes ayuda a combatir la sequedad, especialmente en personas con piel seca o condiciones como el eccema. También se recomienda el uso de aceites hidratantes, como el de oliva, que se puede aplicar por la noche para nutrir las uñas mientras duermes.
Además de la hidratación, llevar una dieta equilibrada es esencial para unas uñas saludables. Consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales, como pescado azul, frutos secos, aguacate y verduras de hoja verde como el brócoli o las espinacas, aporta los nutrientes que las uñas necesitan para crecer fuertes y sin imperfecciones.
Otras recomendaciones incluyen mantener una buena higiene y practicar ejercicio para mejorar la oxigenación de los tejidos, incluidas las uñas. También es beneficioso utilizar una pulidora para suavizar las rayas existentes y retirar el esmalte de uñas de forma regular para permitir que las uñas “respiren”. Estas prácticas preventivas pueden mejorar la apariencia y salud de las uñas a largo plazo.